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miércoles, 19 de abril de 2017

El sueño quijotesco del coronel Chávez y la diáspora criolla que terminó en pesadilla

Leonel López

Debido a ciertos achaques que el cuerpo estos días me anda facturando, me acerque a un centro público de salud de la ciudad de Maicao, y una vez allí en espera de mi turno para ser atendido se sienta una joven a mi lado con su bebé que estaba sufriendo un problema broncorespiratorio, tomé la iniciativa de entablar una conversación, empezamos a hablar y compartir sobre los motivos de nuestra presencia allí, y al cabo de unos minutos de hablar sobre lo que me aquejaba, me preguntó de forma repentina: "eres venezolano?!", a lo que respondí: "Sí", ella seguidamente expresa emocionada: "yo también, soy de Punto Fijo" (Estado Falcón). Me comentó que llevaba un mes aquí en Colombia con su hijo con no menos de un añito, que su estadía no había sido nada fácil, llegó buscando trabajo apoyada en su hermano que llevaba tiempo en Maicao. Y precisamente hace quince días encontró empleo de doméstica en una casa de familia, y aún cuando su rutina laboral habría sido una blasfemia en la cara del propio Karl Marx si viviera en estos tiempos, por el nivel exagerado de explotación del hombre por el hombre, con un horario comprendido entre 5 de la mañana y 10 de la noche, se sentía agradecida por la oportunidad de ganarse la vida.
Además de los quehaceres del hogar, tenía que organizar el desorden del día en una tienda de sus jefes, eso por las noches, acomodar mercancías, colocar en los refrigeradores bolsas de agua, refrescos, en fin, ya se imaginarán la rutina.
A los quince días pidió como adelanto la mitad de su sueldo, para cubrir las necesidades de su bebé, comprar leche, pañales, comida, y cuál fue la gran sorpresa de su jornada laboral con rasgos coloniales, que sus patrones le salieron con miserablesa suma de 22 mil pesos... sí, eso mismo que lee, 22.000$. Ella replicó al instante "¿porqué me pagan esto?", y los muy ... respondieron: "se está descontando comida y hospedaje".
Hace unas semanas, escribí unas líneas donde resaltaba la gentileza de aquellos colombianos que le tienden su mano a los hermanos venezolanos y venezolanas que vienen huyendo de la crisis política, social y económica que vive el vecino país, esos que actúan como el buen samaritano bíblico, que sin conocer al forastero herido, le brindó su ayuda incondicional.
Esta vez, mis líneas están dedicadas para aquellos que no tienen alma, para los que sólo les importa sacar provecho del que esta "jodio", que estafa, le roba al hambriento forastero, que explotas sin el menor remordimiento, a usted, si acaso merece por su condición humana que le trate con respeto, y que probablemente desconozca que en situaciones como las que atraviesa debe regir un principio universal conocido la "AYUDA HUMANITARIA".
He escuchado anécdotas increíbles que hasta pensaba eran cuentos de la gente, de venezolanos que trabajan construyendo casas regalando su mano de obra, y en el peor de los casos, trabajando por un bocado de pan, mujeres obligadas a prostituirse, y sí!, obligadas porque la necesidad tiene "cara de perro", otros son víctimas de aves de rapiña que les arrebatan sus plásticos y otras mercancías a cambio de sumas que dejan entrever el lado más cruel del hambre y la necesidad, miles y miles de caso por toda Colombia, en Bogotá (situación jamás mencionada en los medios de comunicación, porque sería romper la matriz de opinión de ser una ciudad a la altura de grandes urbes del planeta) el asunto no puede ser peor, el trato a los trabajadores es inhumano según cuentan quienes han buscado oportunidades allá, es la historia de los venezolanos en otras latitudes de America Latina, se pudieran retratar en aquél personaje enigmático que caminó en los Cien años de soledad de Grabiel García Márquez, El Judío Errante, es nuestra propia diáspora criolla, un país que le dio tanto a colombianos, italianos, portugueses, a los gringos, chinos, y hasta a los mismisimos cubanos y haitianos, hoy sus hijos sufren la afrenta de ser un pueblo en la miseria, marginados, tratados como los esclavos israelitas en la tierra del faraón Ramsés, como salidos con rostros calavéricos de los campos de concentración nazi, de aquel infierno llamado Auchwist, todavía recuerdo la época en que ir a Panamá era la jactancia de algunos, era sinónimo de tener plata, y mas con aquellos nostálgicos años, imagino que para algunos, de la raspadera de cupos de dólares CADIVI, y hoy precisamente el pueblo panameño echa a los venezolanos como perros de su casa.
Es probable que mi escrito vaya cargado de rabia, y con una dosis de amargura y, sasonado con un poco de resentimiento, de ser así, tampoco pienso disculparme por ello, pero el pueblo venezolano sufre como nunca, pareciera que sus doscientos años de historia de republicana, y más de sesenta de vivir en democracia hubieran sido lanzados al carajo o al mejor estilo de la jerga venezolana, al mismísimo zipote!
Chávez con sus locuras quijotescas intelectualoides, Maduro su delfín, con su descomunal déficit cerebral, o dicho en criollo, con su brutalidad, y su peculiar maneras básicas de hacer la tarea que le encomendó el "comandante supremo", "más claro como la luz de la luna" como el lo diría al final de su convalescencia, acompañados claro está con esa partida de primates y focas que les han apoyado y aplaudido en 17 años su desastrosa in-di-gestión de gobierno, ellos que hablan acerca de vivir y ser parte de un supuesto "gran momento histórico", pero en mi humilde opinión, en vez eso, pusieron fue "la gran plasta de mierda histórica" en Venezuela, sólo ellos, únicamente ellos, los que hacen parte de ese experimento social llamado chavismo, con tintes del brutal y drástico stalinismo, maquinado e infernalmente entramado y pulido en la mente de aquel viejo dictador cubano, y que ya alcanzó su estado más rancio y añejado hasta reventar con el Madurismo, solo ellos y nadie más!... son culpables de tantas desgracias que vive hoy por hoy el pueblo venezolano!
Por las penurias narradas y más, necesario es luchar por Venezuela, rescatar nuestra nación, y empezar a reescribir su verdadera historia.

GLORIA AL BRAVO PUEBLO!
MUERA LA OPRESIÓN!

Leonel López
PERIODISTA

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