La Guajira, una tierra sin dolientes y abandonada a su
suerte
Leonel López
La situación en la Guajira venezolana se ha vuelto
insostenible. Estamos sin electricidad desde hace mas de 30 horas, fuera de las
fallas continuas generadas en los últimos meses, la señal telefónica de
movilnet y digitel de pronto desaparecen del espectro radioeléctrico, y
quedamos completamente incomunicados del mundo.
En razón de ello, las protestas y cierres de las vías ya son
parte de la cotidianidad a lo largo de la Troncal del Caribe y hasta lo han
vuelto un negocio en el bajo mundo; ni decir del costo de los alimentos, el kg
de arroz en 230 bs.f, y un bulto cuesta 5600 en el mercado de Los Filuos, el kg
de azúcar 180 bs.f, el Kg de queso en 600, harina pan en 150, una leche Casa en
1000 bs.f, el kilo de carne en 800, y así sucesivamente una voraz hiperinflación
nos devora los bolsillos.
Esto en parte se debe al debilitamiento de la moneda
venezolana ante el peso colombiano, el cual se ubica en estos momento en 0,6
para la venta y 0,7 para la compra (100.000 $ equivalen a mas o menos unos
15.000 bs.f), lo que convierte a Los Filuos-Maicao en un gran corredor de
mercaderes ambiciosos donde se mueven a diario millones sobre millones, es esa
vorágine mercantil donde muchos se sumergen buscando como sacar provecho de la
caída del bolívar "fuerte", un paraíso fiscal de contrabandistas y
usureros, situación que nada parece importarle poco a ambos gobiernos.
Y mientras el presidente Maduro emite un decreto creando la
Zodimain y de un plumazo convierte a la península de la Guajira y sus aguas en
Zonas Operativas de Defensa (como si no fuera suficiente el distrito militar
Guajira y su atropellante desempeño) , nosotros sus habitantes aquí parecemos
estar abandonado a nuestra suerte, sin dolientes, ni líderes que nos
representen, existe en la Guajira un verdadero vacío de los poderes, una
ingobernabilidad imperceptible, silenciosa, inerte, porque en realidad nunca se
les ve la cara ni al alcalde, ni concejales, demás entes, excepto cuando pasan
en las "camionetotas" de uso oficial y propiedad del Estado, con sus
aires de grandeza, y sus infulas de nuevos ricos de la Guajira, y por supuesto,
en épocas de elecciones.
Así andamos por estos montes, retrocediendo en el tiempo,
como diría un amigo, unos 50 años para atrás, gente que se había adaptado al
gas de bombona, tienen que volver a los fogones, a comer arroz con sardina casi
a diario, a las lámparas de gasoil por las noches o prender fogatas. Será que
con todos estos padecimientos que hemos vivido, el pueblo de la Guajira no
agarra escarmiento y seguirá eligiendo a unos indolentes como gobernantes, o si
estamos empezando a reflexionar y tomar conciencia de las malas decisiones
tomadas? Espero que ya sepas que un tanque azul y una bolsa de Mercal que te
regalen a cambio de tu voluntad, no tiene comparación a todos los sufrimientos
que estás viviendo como pueblo. Ya esta bueno de aprender a trancazos.