Visitante

sábado, 17 de octubre de 2009

Explotación infantil


Páez. La actividad aporta ganancias entres los 30 y 200 bs.f al día

Utilizan niños para negociar con combustible en la Guajira


Rendimiento escolar afectado por la actividad lucrativa.


Leonel López

De entrada al municipio Páez y en varios puntos del recorrido vial de la troncal del Caribe, a orillas de la carretera, se puede observar a grupos de personas hacer señas con sus dedos, entre ellos, niños y adolescentes en su mayoría. El gesto es un código que indica el precio del combustible en un día cualquiera, y ellos, son los llamados “bachaqueritos”, chicos, piezas claves del entramado negocio de la compra-venta de gasolina y diesel en la Guajira.
Este fenómeno social, por llamarlo de alguna manera, no debería resultar extraño puesto que muchas familias wayuu asumen como fuente de manutención el negocio de los hidrocarburos, en una localidad donde el desempleo está a la orden del día y eso para muchos no es un secreto.
Vivir tan de cerca esta realidad social pudiera ser la razón por la que muchos de estos infantes y jóvenes entren por el mismo carril y decidan enfilarse a tan competido oficio, algunos por necesidad, otros simplemente por dinero.
La problemática como tal no es ajena al consejo de derechos de niños, niñas y adolescentes de Páez, su presidenta, Ana Luisa Montiel, define como riesgoso para los chicos la compra de gasolina. “Queremos convocar a estos jóvenes “bachaqueritos” como les llaman y darles a conocer cuáles son las causas y consecuencias, y lo nocivo que puede ser para su salud este tipo de trabajo”, expresa con inquietud la representante del Cedna.
Reconoce que aunque para ellos resulte lucrativo y sea fuente de sustento, no obstante, tendrá efectos negativos. “Es cierto que para ellos es una manera de vivir y les da el pan de cada día, pero a la final va a revertirse en enfermedades contra su salud” prevé.
Por otro lado, Cedna-Páez y ninguna otra institución en el municipio poseen estadística alguna que precise la cantidad de chicos incursos en esta actividad ilegal, o de las llamadas “caletas”, sitios a donde ellos llevan los vehículos para la compra de gasolina.
“Estamos pensando en la posibilidad de crear una resolución a través del Cedna que prohíba a los adultos comprarles la gasolina a los niños y jóvenes, y que a su vez para ellos esté prohibida venderla”, aseguró Montiel
En ese inflamable mundo está sumergido “Juan”, no debe pasar de los diez años, pero hace su trabajo con mucha destreza. Las penurias en su hogar ubicado en un sector cercano al mercado Los Filuos es lo que justifica sus largas jornadas laborales bajo el inclemente sol de la Guajira.
“Aquí espero por los ‘carritos’ que vienen de Maracaibo o de Mara, si acceden a venderme la gasolina, los llevo a una casa por aquí cerca donde funciona un llenadero y se extrae la gasolina”, explica en fluido wayuunaiki.
El jornal de “Juan” por tan riesgoso trabajo está alrededor de los 30 bs.f al día como el mismo lo indica, fruto de captar unas 10 “pimpinas” y llevarlas ante el comprador principal, el eslabón capitalista de la cadena lucrativa y de quien seguramente recibe un porcentaje irrisorio considerando la paga de su labor.
“El dinero que gano se lo entrego a mamá, ella no tiene trabajo y está dedicada a los oficios de la casa. Mi padre hace tiempo nos dejó y se fue para la alta Guajira”, narra con aires de tristeza.
El pequeño “Juan” estudia quinto grado, y con la llegada de la las vacaciones su horario se duplicó casi a las diez hora. “Desde las seis de la mañana debo estar acá y le doy corrido hasta las cinco de la tarde”, refiere.
Por su parte, “Tirofijo”, como él mismo pidió que lo llamaran, es un adolescente que confiesa estar en el negocio sólo por dinero. “Estoy en esto sólo por plata, aunque también tengo necesidades. A veces le pedía dinero a mis tíos y me insultaban, entonces fue cuando decidí entrar al comercio de la gasolina”, recuerda.
Las ganancias de “Tirofijo” son más jugosas llegando alcanzar ganancias de 80 bs.f al día. “Si hay marañas buenas por lo menos cargar combustible, puedo ganarme a hasta 130 mil diario, es más, si la cosa está buena de Maracaibo pa’ acá, llego a los 200 por llenar cinco pipas”, describe.
El joven estudia octavo grado en el liceo Francisco Babbini de Guarero, pero los resultados académicos a final de año no fueron optimistas. “Salí más o menos en los estudios, me quedaron cuatro materias que debo llevar a reparación. A veces no iba a clases por estar ocupado en la compra-venta de combustible”, manifiesta.
“Yo sé que esto es muy peligroso, he visto muchos casos de gente que se ha quemado con la gasolina viniendo de Sinamaica, yo conocía a dos que murieron en las Guardias cuando chocaron y el camión se prendió. Pero imagínese! uno por la plata hace cualquier cosa”, argumentó “Tirofijo” .




Artículo 94. Derecho a la protección en el trabajo.
“Todos los niños, niñas y adolescentes trabajadores y trabajadoras tienen derecho a estar protegidos o protegidas por el Estado, las familias y la sociedad, en especial contra la explotación económica y el desempeño de cualquier trabajo que pueda entorpecer su educación, sea peligroso o nocivo para su salud o para su desarrollo integral”.


Ley Orgánica de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes

Publicado en  Diario PANORAMA

Tecnología


Indígenas resisten exclusión tecnológica

Analista son categóricos en revelar la “exponencial brecha digital” que mantiene aún en aislamiento a las comunidades autóctonas. Bajo nivel educativo y falta de infraestructura material adecuada como principales obstáculos ante las TICs.

Leonel López

El mundo evoluciona vertiginosamente. La explosión tecnológica de las últimas décadas trajo consigo el nacimiento de la llamada “sociedad de la información”, hoy, todos los pueblos de la tierra se interconectan entre sí, de forma instantánea y en tiempo real a través de nuevas tecnologías como Internet o la televisión satelital, dando lugar a un modo de convivencia a manera de “aldea global” como la que alguna vez teorizó el sociólogo canadiense Marshall Mcluhan.
Sin embargo, en ese avasallante proceso globalizador de las TICs son precisamente los pueblos indígenas, cuya comunión social histórica sirvieron como fuente de inspiración para las teorías mcluhianas, uno de los principales grupos sociales atrapados al otro lado de la enorme “brecha digital” que separa a los excluidos de quienes tienen el privilegio de acceder a las nuevas tecnologías.
Aún cuando diversos grupos étnicos ya hacen uso de ellas, bien sea para dar a conocer su cultura, demandar igualdad de condiciones, denunciar atropellos, mejorar su calidad de vida e incluso, con fines de comerciar artesanía por medio de páginas web, persisten obstáculos que les impide servirse de los avances de la era tecnológica.

Conexión nula
Eduardo Sandoval Forero, profesor e investigador del Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población de la Universidad Autónoma de México, es contundente al decir que “los pueblos indígenas en Latinoamérica de manera general se encuentran marginados y excluidos del uso de las TICs”. “Son pocos los indígenas, dentro del total de la población, que tienen acceso a estas nuevas tecnologías, lo que denota una exponencial brecha digital”, manifestó.
Según el investigador, la exclusión digital a la que han sido sometidos las comunidades aborígenes es reflejo de las exclusiones sociales de los cuales han sido objeto “en todos los aspectos”. “En este sentido, la desigualdad digital solo será superada en cuanto se superen las desigualdades sociales, económicas y políticas, de manera que tengan acceso estructural y no ocasional”, acotó.
Para el experto, las estadísticas sobre conectividad indígena a lo largo del continente americano son “escasas, poco confiables e irregulares”. No obstante, asoma un indicador sobre el uso de Internet de la población latinoamericana en general.
“Las estadísticas para toda Latinoamérica registran una penetración media de Internet del 22%. En ese porcentaje, los indígenas no alcanzan el 3%, lo que indica en los dos casos, una escasa conectividad”, indicó. Agrega que los pueblos indígenas vienen incursionando cada vez más en el espacio virtual, “sin embargo, opina Forero, para las necesidades sociales, culturales, políticas y económicas, los logros se pueden considerar de menor escala”.

Barreras tecnológicas
En cuanto a las brechas que mantienen a los aborígenes al margen de las TICs, varios obstáculos surgen para las comunidades autóctonas al momento de intentar o desear al menos accesar a las nuevas tecnologías. En ese sentido, Sandoval Forero, menciona la carencia de electricidad y otros servicios como razones que propician el distanciamiento de la población con respecto a las ciencias aplicadas. “Muchos pueblos carecen de equipos, de instructores, de infraestructura básica que les permita operar las NT. Son pocos los programas computacionales en lenguas indígenas”, mencionó.
Mientras tanto, Oscar del Álamo, analista español del Instituto Internacional de Gobernabilidad de Cataluña, en un artículo publicado por la revista digital Futuro, “Esperanza Tecnológica: Internet para los pueblos indígenas de América Latina”, coincide al exponer que “la falta de experiencia o destreza para el uso de computadoras en comunidades indígenas, especialmente en personas de edad avanzada y con bajo nivel de educación”, se erige como una de las principales murallas que detiene a los indígenas en su incursión al área.
Del Álamo agrega que un segundo obstáculo se interpone en la falta de infraestructura necesaria. “El servicio moderno de Internet como medio de comunicación requiere una infraestructura material y un mínimo grado de instrucción y, en eso, los pueblos indígenas están en clara desventaja”, sentencia.

Alfabetización tecnológica en Venezuela
En cuanto a las comunidades indígenas venezolanas, el panorama, al parecer se vislumbra más esperanzador en lo que implica la materia en cuestión. La tarea reposa principalmente en los hombros de Gobierno nacional a través del llamado plan de alfabetización tecnológica. Explica Nelson Márquez, presidente de la fundación para el desarrollo de la ciencia y la tecnología en el estado Zulia, adscrito al poder popular para la Ciencia, la Tecnología e Industrias Intermedias, que se han ejecutado acciones dirigidas a atender a las comunidades indígenas para conectarlas con la ciencia y la tecnología. “A través de los infocentros y centros de reflexión comunitaria las comunidades indígenas tienen la posibilidad de acceder a las TICs”, acotó.
“Con el plan de alfabetización tecnológica se pretende que toda persona en el país sepa manejar el computador, ha sido tomado muy en cuenta, y solamente acá en el estado Zulia se han alfabetizado más de 16 mil personas”, concluye.
Lejos pues de viejas luchas coloniales y contemporáneas de los pueblos originarios en contra del genocidio, el racismo y la exclusión social, surge ahora un nuevo reto por el cual batallar. La pervivencia originaria y la autodeterminación demandan la demarcación de un nuevo territorio, pero en el ciberespacio, y al extenso campo de la nuevas tecnologías intentan sumar sus saberes ancestrales, quieren acoplarse a ese nuevo mundo, o más bien, a esa idea llamada “tribu planetaria” con la que alguna vez iluminaron las profecías del sabio Mcluhan.



Publicado en WAYUUNAIKI

Poco ha cambiado la historia del pueblo wayuu desde que empezó el proyecto colonizador Cada 9 de agosto y desde 1994 se celebra el día i...