Niños de la comunidad wayuu Palenstu claman por construcción de una escuela
Texto:
Leonel López
A la altura del km
55, en la vía que conduce a Riohacha, se ubica la comunidad de Palenstu,
conformada por más de 60 familias, unas 250 personas que hacen vida en esta
ranchería no muy lejana de la carretera Troncal del Caribe. Asentada dentro de
la jurisdicción del municipio Maicao, Departamento de La Guajira, sus
habitantes sufren las mismas carencias que padecen muchas comunidades wayuu
olvidadas y desasistidas por el Estado colombiano: sin acceso al agua potable,
de no ser por un viejo molino que les surte gota a gota, sin energía eléctrica,
vías de acceso en pésimas condiciones, entre otras necesidades.
No obstante, la preocupación que más prioriza la
comunidad es la condición en que se encuentra la escuela, Institución Edicativa
Indígena N°6 Sede Palenstu, fundada en el año 1996 y cuya matrícula esta
conformada por 41 niños, el espacio educativo presenta deficiencias de
infraestructura pues cuenta con apenas un aula de clases dentro del cual se deben
atender preescolar y primer grado,
mientras que bajo una enrramada se atiende 2do. y 3er. grado, una cocina
improvisada se presta para atender los grados 4to y 5to.
Sólo dos docentes están autorizadas para la institución,
sin embargo deben multiplicar esfuerzo para atender los diferentes grados.
Yolima Martinez, maestra de preescolar y primer grado, refirió que la escuela
Palenstu enfrenta desde hace varios años deficiencias en cuanto a sus
instalaciones y enseres. “Casi no tenemos pupitres y pizarrones, los niños
deben escuchar sus clases en asientos destartalados, además de compartir un
mismo espacio hasta tres grados, todos revueltos. Eso por un lado, porque
además no contamos con un comedor escolar donde los niños coman sentaditos y en
orden, tampoco contamos con un área recreativa, a duras penas se mantiene en
pie un aula de clases, muchos padres y representantes optan por llevar a sus
hijos a otra escuela en mejores condiciones que la escuela Palenstu, y en ese
caso, los niños deben hacer largas caminatas de hasta 5 kilómetros para asistir
a esos colegios”, describió la docente.
Por su parte, Anyi Molero Epinayu, estudiante de 4to
grado, solicitó a las autoridades del municipio y gobierno nacional ayuda para
su escuela. “Le hacemos un llamado al alcalde (Maicao), a la gobernadora y al
presidente que nos ayuden con pupitres y pizarrones, y que nos mejoren la
escuela que está en malas condiciones”.