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lunes, 7 de enero de 2013
Denuncian a un sargento del Ejército Venezolano por agredir violentamente a una docente indígena del Pueblo Wayuu
COLOMBIA.- La organización Homo et Natura, la Organización Cultural Wolunka Susi, y el Movimiento Fuerza de Mujeres Wayuu – Sütsüin Jiyeyu Wayuu (FMW-SJW), han hecho un llamamiento urgente a las organizaciones y los organismos nacionales e internacionales de derechos humanos, para que sea garantizada la atención a una docente intercultural que fue víctima de violencia por parte de un sargento del Ejército venezolano.Para estas organizaciones, los hechos "evidencian que el Ejército venezolano opera bajo principios que promueven la discriminación, el racismo y hasta la “wayuufobia” (odio a las y los Wayuu), lo que a su vez exacerba la violencia en contra de las mujeres indígenas".
Las organizaciones mencionadas solicitan que "de manera inmediata y urgente, y que teniendo en cuenta la perspectiva diferencial para este caso, ya que la víctima es una mujer indígena, se dé cumplimiento al Artículo 2.1. de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (Venezuela), que reza: “Garantizar a todas las mujeres, el ejercicio efectivo de sus derechos exigibles ante los órganos y entes de la administración pública, y asegurar un acceso rápido, transparente y eficaz a los servicios establecidos al efecto”; de igual manera, las organizaciones denunciantes solicitamos que se haga efectivo el Articulo 2.9. de la Ley en mención en aras de: “Establecer y fortalecer medidas de seguridad y protección, y medidas cautelares que garanticen los derechos protegidos (de la Ley en mención) y la protección personal, física, emocional, laboral y patrimonial de la mujer víctima de violencia de género”, que en este caso es Marelba González Palmar quien haya sufrido graves traumatismos físicos, emocionales y culturales en su contra, y quien necesita ser atendida adecuadamente y protegida de retaliaciones que pudieran presentarse en su contra por elevar y hacer pública esta denuncia".
Los hechos fueron relatados por la víctima, que responde al nombre de Marelba González Palmar, mujer Wayuu del Clan Epieyu, docente Intercultural Bilingüe del pueblo Wayuu.
A continuación, el relato de su denuncia:
“Todo inicio a las 8:00pm, del día 28/12/2012 en el Municipio Guajira, estado Zulia, Paraguaipoa sector puerto Aleramo, cuando yo Marelba González Palmar, wayuu del clan Epieyuu, docente de educación intercultural bilingüe me dirigía a cenar con Maira Alejandra González, amiga, periodista de Radio Nacional de Venezuela (RNV) en la plaza del pueblo de Paraguaipoa. Allí se encontraba ella con unos amigos sargentos del ejército pertenecientes a La 13 brigada de infantería, de apellidos Morales y García. Cenamos y decidimos irnos a una Tasca llamada “Diplomático” allí mismo en el pueblo, luego llegan al sitio otros funcionarios de apellidos Pérez González. Nos pusimos a conversar y a beber con ellos, todo estaba muy bien hasta que tocamos el tema sobre los últimos sucesos de enfrentamiento entre los wayuu y el ejército en la Guajira, esta conversación alteró a García y empezó a ofender a la periodista Maira Alejandra y hablar despectivamente de los rituales propios del wayuu, aludiendo a un cadáver que días anteriores fue llevado a las afuera de la sede del ejercito con rituales, ya que supuestamente fue a causa de un enfrentamiento entre ejército y pueblo wayuu yo, al ver la discusión le dije a García “Mi amiga no es la culpable de todo lo que ocurra aquí” .
Decidí que nos fuéramos del sitio y así lo hicimos. Nos dirigimos en la vía hacia Toro Sentado, centro cultural y recreativo muy conocido en la zona, eran la 01:40am, nos alcanzaron los tres sargentos Morales, Pérez y García. María Alejandra se puso a discutir con García, no me gusto esa situación y decidí irme a mi casa que está en la misma vía de Toro sentado, sentí miedo en un principio al caminar sola a esas horas de la noche, pero como he vivido toda mi vida en el sector y todos nos conocemos, decidí seguir, los perros ladraban mucho, al llegar al portón de mi casa me di cuenta al voltearme que se hallaba un hombre que me miraba fijamente, estaba sentado en la acera del frente de mi casa, sentí miedo y trataba de abrir el portón rápidamente y del nervio le dije “Señor siga su camino”.
Seguí afanada en abrir el portón que estaba bien sujetado por varios nudos de mecates, en cuestión de segundos el hombre me sorprendió cuando me pego un puño en el ojo derecho, era el sargento García, fue un golpe brutal, sentí su anillo golpeando mi ojo, la sangré corrió de inmediato por mi cara y grité, y el hombre me dio otro puño en el mismo ojo, trate de defenderme, le esquive varios golpes, fue cuando me dio una patada y caí al suelo, a medida que me iba dando los puños me decía; “Toma Mardita” “Toma Mardita” y se reía a carcajadas, nos revolcamos en el suelo, gritaba desesperadamente pero nadie me escuchaba, en ese momento desesperada agarre una piedra y la lance a la ventana de mi casa, fue cuando salió en mi auxilio mi hermano Silvestre González, y minutos después mi madre la señora Mercedes Palmar, el sargento García al verlo huye y mi hermano lo persigue; luego de correr tres casas lo atrapa y lo golpea, y se lo lleva prensado con su mismo cuerpo, yo gritaba de dolor, de miedo, de terror, estaba bañada en sangre, con mi ojo completamente destrozado, no sabíamos que hacer con él, como estaba tan mal mi hermano me llevo al hospital binacional que se encuentra en la misma vía de mi casa, allí el Sargento intento huir y mi hermano lo volvió a apresar, las personas que estaban en el hospital gritaban “Llévenlo pal cuartel” y le sugerí entonces a mi hermano que lo lleváramos al Cuartel de la 11 Brigada donde el funcionario presta sus servicios para que fuera Castigado y enviado al Reten.
Así lo hicimos a las 03:00am, llegamos a la sede de la brigada, allí nos recibió un Oficial del cual no recuerdo su nombre quien nos indicó al entregarles al sargento, firmar en un libro una especia de acta y que volviéramos a la mañana siguiente a las 08:00am. Mientras tanto el Sargento gritaba diciéndome que yo era una loca y que me había caído.
A las 4 de la madrugada me llevó mi hermano y mi mamá al C. D. I de Paraguaipoa a curarme las heridas, camino a mi casa veo a mi amiga Maira Alejandra con el Sargento Pérez González, fui hacia ella para que me viera en el estado que me había dejado su amigo García, llorando, desesperada, le implore su ayuda, su apoyo, ella no supo que responderme. Seguí camino a casa junto a mi mamá y hermano. En la mañana del 28 de diciembre de 2012, a las 08:00am, tal como me había indicado el oficial me dirigí de nuevo a la 13 brigada, para saber que había pasado con mi caso. En este momento me recibió el Teniente Nava quien me ayudó a redactar la denuncia en su computador,( tengo copia de recibido) prometiéndome que me atendería el caso y que en ese momento me fuera a mi casa porque en la tarde me llamaría a darme respuestas.
Así lo hice y A las 11:00am de ese mismo día recibí una llamada del Teniente Nava quien me dice debía ir de inmediato a la brigada porque iba a ser trasladada a Maracaibo en un transporte del ejército para formalizar la denuncia. Salí corriendo de mi casa, tenía el ojo rojo e hinchado, me dolía mucho pero quería hacer valer mi derecho como mujer, así que me fui de inmediato. Llegando a la Brigada nadie me supo dar respuestas, me indicaron que debía esperar al Coronel Pedro Asael Pérez Ravelo ya que él es el encargado de esa brigada y debía dar las respuesta ante la denuncias hacia su personal, me quede esperando varias horas y nunca pude hablar con él. Al ver que nadie me daba respuestas, me estaba llenado de impotencia y entre 12:00 y 1:00pm me dirigí a la oficina del CICPC de la guajira, allí no me quisieron recibir la denuncia argumentando que los casos de violencia que suceden entre militares y civiles en la guajira no proceden por esta entidad, ya que los militares tienen el poder, que me dirigiera a Maracaibo para así obtener alguna respuesta.
Me dio mucha rabia lo que me dijeron por lo que seguí buscando apoyo, en este caso como a las 03:00pm me dirigí a la Policía del Municipio Mara, aquí cordialmente me recibieron la denuncia, me atendieron como una mujer víctima de violencia. Los funcionarios de este cuerpo policial me tomaron varias fotografías que evidencian el maltrato físico en mi cuerpo y redactaron la denuncia de manera formal. Me indicaron que la remitirían a la fiscalía 18 del municipio y me indicaron una orden para medicatura forense.
Hoy 29 me dirigí a medicatura forense a las 7am y esta se encontraba cerrada hasta el miércoles 2 de enero 2013, una amiga fiscal del Ministerio Publico me recomendó ir a la primera división de infantería en Maracaibo ya que es el órgano rector de todas las brigadas militares y realizará la denuncia allá. Lamentablemente a ellos no les interesa ni escuchar lo que debía decir, no me dejaron entrar a hablar con nadie y solo me dijeron que acudiera a la Fiscalía.
Mi fuerza en seguir era dada por las heridas abiertas que aún tengo en la frente, no paré, seguí y fui de Maracaibo al Municipio Mara a la Fiscalía en busca de respuesta y la aprehensión de este criminal. Cuando llegue a la Fiscalía en Mara se encontraba cerrada. Tuve que volver a la sede de la Policía, alrededor de 02:30pm, donde me enteré que mi expediente aún no había sido remitido al fiscal, me indicaron que volviera el día miércoles 2 de enero 2013 que a partir de allí la fiscalía tomaría directamente mi caso.
Ya no sé que hacer, volví a mi casa decepcionada, con un dolor más agudo en el ojo, con una gran impotencia me pregunto ¿Cómo es posible que los órganos públicos que atienden este tipo de caso estén cerrados? Mientras tanto que pasa con nosotros, qué pasa con nuestros derechos? Se sabe que estamos en Navidad pero también es muy sabido que en estas fechas existe un mayor número de casos delictivos y de violencia ¿Qué pasa con ese Funcionario Militar que atenta a la vulnerabilidad de una mujer? ¿Qué pasa con ese funcionario que se vale de su uniforme para delinquir y maltratar? hasta cuándo? ¿Hasta cuándo el ejército, la guardia nacional atenta contra la dignidad humana en territorio wayuu? Exijo que el Coronel Pedro Asael Pérez Ravelo se pronuncie públicamente al respecto, que nos enseñen al agresor, que nos expliquen donde lo tienen, que van hacer con él. Pido protección para mi persona y mi familia, sé que una vez esto salga a la luz pública, no solo me expongo al escarnio público sino que eso tendrá como consecuencia actos violentos en mí con contra.
Por último ruego a todas las personas y funcionarios, comunicadores que lean este documento que no mezclen la política en esto, no se trata de ser del oficialismo o de la oposición, se trata de ver más allá de eso, se trata de entender mi sufrimiento y mi situación que ninguno esta salvo a que le suceda.”
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