Masacre de Bahía Portete, brutalidad criminal que deshonró las normas de guerra wayuu

Leonel López
La matanza ocurrida en la ranchería de Bahía Portete, ubicada en el municipio de Uribia, se perpetró el 18 de abril de 2004 cuando mercenarios vestidos con prendas militares incursionaron en la mencionada comunidad y con lista en mano masacraron de manera selectiva a Margoth Fince Epinayu (70), Rosa Fince Uriana (46), Diana Fince (40), Reina Fince Pushaina (13), además de otra victima contabilizada a partir del hallazgo en la escena de un brazo incinerado perteneciente a una mujer no identificada hasta el momento.
Gonzalo Sánchez, coordinador de Memoria Histórica (MH), explicó que en la edición se pone de relieve la forma en como durante el hecho criminal hubo un ensañamiento en contra de la mujeres. “La matanza de Bahía Portete, en efecto, fue llevada a cabo contra una población indígena, y con un ensañamiento en específico contra un sector de esta población: las mujeres”, asegura.
“El caso que expone públicamente en este libro tuvo lugar en la Alta Guajira, entre los días 18 y 20 de abril de 2004, en esas fechas, como se documenta en el informe, un grupo de entre 40 y 50 hombres del denominado frente de contrainsurgencia wayuu de las autodefensas unidas de Colombia (AUC) llevaron a cabo un ataque sangriento a Bahía Portete, dejando muertos, heridos, desaparecidos y centenares de desplazados”, describió.
Para el historiador, la violencia armada está desencadenando comportamientos particulares en los cuales se hace cada vez más evidente el ataque a las mujeres. “Este tipo de ataques suelen ejecutarse siguiendo una orientación táctica, y en el caso de Bahía Portete, las mujeres wayuu fueron blancos de ataques por el papel de liderazgo que ejercían dentro de su comunidad, lo sucedido fue premeditado en sus objetivos y en los repertorios de violencia y terror, se siguió un designio criminal contra la estructura organizativa de la etnia”, subrayó.
Violación de las normas de guerraPara la relatora investigadora de la masacre, Pilar Riaño, la matanza de Bahía Portete representa un acontecimiento de profundas repercusiones en la historia del pueblo wayuu. “Durante la masacre, los victimarios con lista en mano buscaron a mujeres con cierto perfil quienes ejercían roles centrales en la vida comunitaria, autoridades tradicionales, intermediadoras con el mundo exterior, preservadoras de la tradición oral y maestras”, resaltó.
Mencionó la antropóloga que para entonces, la violencia y torturas sexulaes consumadas incluyó cortes de seno, golpes con armas cortopunzantes, disparos con armas de fuego, desmenbramiento e incineración. “El ataque violó los principios normativos ancestrales del pueblo wayuu, los cuales prohibían atacar a mujeres y niños durante las confrontaciones, los irregulares actuaron por fuera de los códigos de honor del guerrero wayuu, es por ello que en la memoria colectiva los criminales no son considerados enemigoshonorables, sino “uchies”, aves de rapiña, o kooí, abejas que atacan sin ser provocadas y en grupos”, acotó Riaño.
La relatora cita al antropólogo wayuu Wuilder Guerra Curvelo, quien afirmó que “la matanza de Bahía Portete se podría considerar como el evento histórico más traumático sufrido en los últimos 200 años por el milenario pueblo wayuu”.
“Los crímenes de Bahía Portete revelan que estos tienen fines instrumentales asociados a tres objetivos: aterrorizar a la población, castigar de manera pública y descarnada a las mujeres indígenas lideresas y provocar el desplazamiento forzado”, concluye.

Publicado en WAYUUNAIKI
Foto: Cortesía de Org. MujerWayuu Tejiendo Paz