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jueves, 10 de octubre de 2013



Un informe “perdido” expone el genocidio de los indígenas brasileños

Un histórico informe que detallaba las espeluznantes atrocidades cometidas contra los indígenas de Brasil en los años 40, 50 y 60 ha vuelto a aparecer 45 años después de haber sido supuestamente “destruido” en extrañas circunstancias por un incendio.


Las atrocidades cometidas contra los Cinta Larga se detallan en el Informe Figueiredo. Tras disparar a su bebé, los asesinos cortaron a la mujer por la mitad. © Survival
El “Informe Figueiredo” fue un encargo del ministro del Interior en 1967 y generó una ola de indignación internacional al revelar los crímenes contra la población indígena de Brasil a manos de poderosos terratenientes y el propio Servicio de Protección Indígena (SPI) del Gobierno. El informe llevó dos años más tarde a la fundación de la organización de derechos indígenas Survival International.
El documento, de 7.000 páginas, fue recopilado por el fiscal Jader de Figueiredo Correia, y detallaba los asesinatos en masa, las torturas, la esclavitud, la guerra bacteriológica, los abusos sexuales, el robo de tierras y el descuido generalizado contra la población indígena de Brasil. Algunas tribus fueron completamente erradicadas como resultado de estas prácticas, y otras resultaron diezmadas.
El informe fue re-descubierto recientemente en el Museo del Indio de Brasil y será considerado por la Comisión Nacional para la Verdad de Brasil, que investiga las violaciones de derechos humanos que tuvieron lugar entre 1947 y 1988.
Entre los atroces ejemplos recogidos en el informe, se describe la “masacre del paralelo 11”, en la que se arrojó dinamita desde un pequeño avión sobre una comunidad de indígenas “Cinta Larga”. Treinta indígenas murieron, y solo dos sobrevivieron para contarlo.
Otros ejemplos incluyen el envenenamiento de cientos de indígenas con azúcar mezclada con arsénico, y brutales métodos de tortura como aplastar lentamente los tobillos de las víctimas con un instrumento conocido como el “tronco”.
Las averiguaciones de Figueiredo generaron una ola de indignación internacional. En 1969, en un artículo titulado ‘Genocidio’ que apareció en el Sunday Times británico, el cronista Norman Lewis escribió: “Desde el fuego y la espada al arsénico y las balas: la civilización ha enviado a seis millones de indígenas a la extinción”. El artículo motivó a un pequeño grupo de ciudadanos preocupados a fundar Survival International ese mismo año.
Como resultado del informe, Brasil inició una investigación judicial en la que 134 funcionarios fueron acusados de más de 1.000 crímenes. Treinta y ocho de ellos fueron despedidos, pero ninguno fue a la cárcel por las atrocidades.

El SPI fue posteriormente desmantelado y reemplazado por FUNAI, la Fundación Nacional del Indio de Brasil. Sin embargo, a pesar de que largos tractos de tierra indígena han sido desde entonces demarcados y protegidos, los pueblos indígenas de Brasil continúan luchando frente a la invasión y la destrucción de sus tierras por los madereros, ganaderos y colonos ilegales, y la pérdida de tierras debido al agresivo programa de crecimiento del Gobierno, que planea construir decenas de grandes presas hidroeléctricas y abrir sus territorios a la minería a gran escala.
El director de Survival International, Stephen Corry, ha declarado hoy: “El informe Figueiredo es una lectura desagradable, pero, a pesar de ello, nada ha cambiado: cuando se trata del asesinato de indígenas, sigue reinando la impunidad. Los pistoleros continúan asesinando a indígenas rutinariamente, a sabiendas de que hay poco riesgo de acabar en los tribunales; ninguno de los asesinos responsables de matar a tiros a líderes guaraníes y makuxíes ha sido encarcelado por sus crímenes. Es difícil no sospechar que el racismo y la avaricia son la raíz del fracaso de Brasil a la hora de defender las vidas de sus ciudadanos indígenas”.

Publicado por Suvirval

miércoles, 9 de octubre de 2013


Epidemia de suicidios entre los guaraníes
Survival International da a conocer nuevas e impactantes cifras sobre la epidemia de suicidios que azota a los guaraníes en Brasil.
 Redacción RNW
 De acuerdo la ONG, el pueblo guaraní registra tasas de suicidio al menos 34 veces superiores a la media nacional debido a la pérdida de sus tierras ancestrales y a los constantes ataques por parte de pistoleros.
Los datos revelan que desde el año 2000 cada semana se ha suicidado de media, al menos, un indígena guaraní. De acuerdo con el ministerio de Salud de Brasil, en 2012 se suicidaron 56 guaraníes (las cifras reales posiblemente sean mayores debido al subregistro de casos).
La mayoría de las víctimas tenían entre 15 y 29 años de edad, pero la víctima más joven de la que se tiene constancia tenía solo nueve años.
Rosalino Ortiz, un hombre guaraní, dijo: “Los guaraníes se están suicidando porque no tenemos tierras. Ya no tenemos espacio. Antes éramos libres; ahora ya no somos libres. Por eso nuestros jóvenes miran a su alrededor y piensan que no queda nada y se preguntan cómo pueden vivir. Se sientan y piensan, olvidan, se pierden y al final se suicidan”.
Los guaraníes han perdido la mayoría de su tierra ancestral, con la que mantienen una profunda conexión espiritual, por la invasión de ganaderos y plantaciones de caña de azúcar. Los indígenas se ven forzados a vivir en condiciones deplorables, en los bordes de las carreteras o hacinados en reservas. Se enfrentan a la desnutrición, a una salud débil y al alcoholismo.
Las comunidades que intentan regresar a sus tierras afrontan niveles extremos de violencia a manos de los pistoleros que los ganaderos contratan para atacar y, a menudo, asesinar a los guaraníes.
La demarcación del territorio guaraní debió haber finalizado hace muchos años pero el proceso se ha estancado y los políticos brasileños debaten en la actualidad una enmienda constitucional que daría poder en el proceso de delimitación al Congreso, actualmente bajo el influjo de grupos de presión rurales anti-indígenas.
Survival advierte que “este es un claro y descorazonador recordatorio de la devastación y la miseria que el robo de tierras genera entre los pueblos indígenas.”.
“Los indígenas ya no están solos en ese mundo que antes les pertenecía, que dominaban y que les garantizaba una vida digna. Estas comunidades que están más afectadas por el suicidio eran reyes en sus territorios. No tenían conflictos ni con colonos, ni con madereros, ni con todos los que desean apoderarse de sus recursos naturales. Eso ya no es posible”, dice el antropólogo Efraín Jaramillo, responsable del estudio llevado a cabo por Unicef y el IWGIA (Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígena) “Suicidio Adolescente en pueblos indígenas. Tres estudios de caso”.
Publicado por Radio Nederland


El suicidio imperceptible de jóvenes indígenas
Desplazados de sus territorios ancestrales y obligados a vivir en condiciones precarias, cientos de niños y adolescentes indígenas encuentran en el suicidio la única salida a una vida que sólo les ofrece desesperanza.

Por Lucía Márquez
Cada año se suicidan en el mundo un millón de personas, lo que supone cerca de una muerte cada 40 segundos. Esta lacra golpea a individuos de todas las culturas, pero en este 10 de septiembre, Día Mundial de la Prevención del Suicidio, queremos dar voz a uno de los colectivos más afectados: las comunidades indígenas.
Se trata de un goteo silencioso, discreto, casi imperceptible, pero cada año son decenas y decenas los indígenas de todo el planeta que se quitan la vida tras ser expulsados de sus tierras y condenados a la marginalidad y la pobreza. En algunas comunidades la situación está alcanzado extremos dramáticos. Es el caso de los guaraní- kaiowá de Brasil, cuya tasa de suicido es al menos 19 veces superior a la tasa nacional, según datos de Survival International.
Un mundo adverso y ajeno
La identidad de estos pueblos se construye generación tras generación sobre la relación con el territorio que habitan. En él, además de un hogar, encuentran alimento, medicinas tradicionales y una cosmovisión propia.
Además, estos espacios se consideran una herencia para las futuras generaciones. “La tierra es lo que son”, explica la organización Survival International, que señala la pérdida y la destrucción de sus territorios como “el origen del sufrimiento mental de los indígenas”.
El antropólogo Efraín Jaramillo, uno de los responsables del estudio llevado a cabo por Unicef y el IWGIA (Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígena) “Suicidio Adolescente en pueblos indígenas. Tres estudios de caso”, es rotundo al respecto: “Los indígenas ya no están solos en ese mundo que antes les pertenecía, que dominaban y que les garantizaba una vida digna. Estas comunidades que están más afectadas por el suicidio eran reyes en sus territorios. No tenían conflictos ni con colonos, ni con madereros, ni con todos los que desean apoderarse de sus recursos naturales. Eso ya no es posible”.
Los intereses económicos que suponen esas tierras o la voluntad política de integrar a los indígenas en la “sociedad civilizada”, provocan que numerosas tribus se vean expulsadas de su hábitat y hacinadas en pequeñas reservas o en campamentos junto a las carreteras. Porque esta “entrada en la civilización” es en realidad la puerta a un mundo de miseria, racismo por parte de sus vecinos y desposesión.

A menudo, en los nuevos emplazamientos, carecen de servicios sanitarios básicos, agua potable o posibilidades de realizar alguna actividad productiva con la que ganarse dignamente la vida.
Comunidades dedicadas anteriormente a la caza, la pesca o la recolección en vastas extensiones de terreno, son confinadas a vivir en unos pocos metros cuadrados en los que ya no pueden llevar a cabo sus labores tradicionales.
Es entonces cuando llega la desesperación. Su salud y su alimentación empeoran a marchas forzadas y, en muchas ocasiones, el alcoholismo, la drogadicción y la agresividad se apoderan de las familias.

Suicidio juvenil
El fantasma del suicidio azota especialmente a los jóvenes, atrapados entre un presente frustrante y un futuro inexistente y a las niñas, quienes a las deplorables condiciones de vida que sufre su comunidad, suman la violencia y los abusos sexuales.
El fantasma del suicidio azota especialmente a los jóvenes, atrapados entre un presente frustrante y un futuro inexistente.
“Las niñas son maltratadas por su entorno y se les obliga a realizar extenuantes jornadas de trabajo. Se las levanta muy temprano para ir a la charca a por alimentos, luego tienen que cocinar, lavar la ropa mientras cuidan a sus hermanitos y elaborar artesanías para generar algún ingreso. Esta situación es deprimente y les quita a las niñas el afán de seguir adelante, pues consideran que vivir así no tiene ningún sentido”, señala Jaramillo.
No se trata de casos excepcionales ni aislados. En Brasil, por ejemplo, más de 625 indígenas guaraní- kaiowá se han suicidado en las últimas tres décadas. El 85% eran menores de 30 años y la más joven sólo tenía 9. Y los datos podrían ser aún más catastróficos, pues hablar sobre el suicidio sigue siendo un tabú entre estos grupos.
El mismo mal afecta a los embera, en Colombia, cuyos índices de suicidios en población joven (especialmente entre los 10 y los 14 años), lideran las tasas del país. Los embera son, tras los wayúu y los nasa, el tercer pueblo indígena en Colombia con mayor número de población, más de 70.000 habitantes.
A menudo se presenta el conflicto armado colombiano como la causa principal de estos suicidios, pero para Jaramillo, que ha trabajado de cerca con las comunidades indígenas, no es así.
Indudablemente la violencia influye, pues, como explica el antropólogo: “Muchos grupos armados y del crimen organizado exigen, por ejemplo, que las familias les entreguen a uno de sus hijos para realizar distintas labores. A menudo ordenan que sea una niña para emplearla en prácticas sexuales. Esto hace que las menores se desesperen y se suiciden”.
Pero los principales casos de suicidio entre los embera, que eligen siempre el ahorcamiento como método para quitarse la vida, se dan porque sufren de un “malestar en su cultura”.
“Estos pueblos hace cuarenta años vivían de la cacería, de la oferta ambiental, eran seminómadas y tenían mucho control social sobre su gente. Ahora hay una desesperanza al ver que los jóvenes de otras comunidades campesinas progresan mientras ellos se quedan anclados. Y esto ha llevado a optar por el suicidio como respuesta a ese tipo de problemas”, apunta.
Nuevamente, el aislamiento afecta más al género femenino pues, ante la falta de oportunidades, los hombres jóvenes piensan en la emigración como una opción, mientras que las muchachas son educadas para permanecer en el entorno familiar.

Más allá de Latinoamérica
El rastro del suicidio no se limita a América Latina pues se han dado casos similares entre los aborígenes de Oceanía (en la capital de las islas Tiwi, 1 de cada 4 indígenas ha intentando suicidarse) o Canadá, donde distintas comunidades presentan tasas de suicidio juvenil entre 10 y 40 veces mayores que la media nacional.
A pesar de los relatos históricos o míticos sobre los suicidios colectivos registrados en las tradiciones orales de algunos de estos pueblos, la tendencia actual no se basa en actos grupales sino en decisiones individuales fruto de la frustración, el dolor y el desaliento.
Aun así, Jaramillo advierte del peligro de que “se valide culturalmente entre los indígenas que la única opción que tienen para escapar a su terrible situación sea el suicidio”. Si no pueden poseer su presente es muy probable que los niños y adolescentes indígenas sigan optando por destruir su futuro.

Publicado en Radio Nederlad

lunes, 7 de octubre de 2013


Radio Fe y Alegría Paraguaipoa celebra sus quince lluvias en la Guajira

En conjunto con la Escuela Básica Fe y Alegría Paraguaipoa, que también celebra 30 años de su fundación, “la primera emisora indígena de Venezuela” promueve varias actividades aniversarias.

Texto: Leonel López
Inició la cuenta regresiva para que este próximo sábado 12 de octubre, precisamente cuando se conmemore el día de la resistencia indígena, Radio Fe y Alegría Paraguaipoa arribe a sus quince años (poolo jarrai juyá, quince lluvias) de transmisión ininterrumpida en la Guajira, celebración a realizarse en conjunto con la Escuela Básica Fe y Alegría Paraguaipoa que también cumplió 30 años de su fundación el pasado mes de septiembre.
Con el lema “La primera emisora indígena de Venezuela” como carta de presentación, a partir del viernes 11 de octubre se llevarán a cabo actividades enmarcadas en la celebración de la llegada de Radio Fe y Alegría con sus ondas herzianas al espectro radioeléctrico de la gran nación wayuu. Para ello, se tiene previsto la realización del seminario internacional “Territorio y Educomunicación Indígena”, el cual se desarrollará en Aldea Universitaria de Las Guardias, a partir de las 9 de la mañana.
Para el mencionado evento académico, se cuenta con la participación de varios ponentes, quienes disertarán en temas como la “Territorialidad wayuu”, “Fronteras Estadales” y “Educación Intercultural Bilingüe”. Entre los invitados a hablar de estos temas se cuenta a Roberto Fajardo Epieyuu, asesor de organizaciones indígenas, y de Remedios Fajardo, especialista en etnoeducación, y Eustoquio Uriana, de la Organización Fuerza de Mujeres Wayuu, todos procedentes de la república de Colombia.
Por Venezuela, los exponentes serán la profesora Soraya Morales, directora de educación intercultural bilingüe en la Guajira venezolana, acompañada de Jhonel Salas, exdirector del Instituto Zuliano de Estudios Fronterizos (IZEF), Neida Luzardo, comunicadora wayuu, y Melquíades Ávila, comunicador warao de la Red Indígena de Venezuela.

Orden municipal “Aipia”
Asimismo, a las seis de la tarde de la fecha antes mencionada, el Concejo Municipal de la Guajira realizará una sesión solemne donde se hará entrega de la Orden “Aipia”, en su única clase, a Radio Fe y Alegría Paraguaipoa, y a la Escuela Básica Fe y Alegría Paraguaipoa, además de conceder reconocimientos a los ciudadanos y ciudadanas Betzaida Atencio, Edwin Amable Silva, Gerardo Lombardi, Moisés Palmar, Isidro Uriana, Diógenes Borjas, Wilfredo Luzardo, Bartolo Salas, Jose David González, entre otras personalidades, todos ellos artífices de los primeros pasos de Fe y Alegría Escuela, y Fe y Alegría Radio en la Guajira.
Finalmente, el día sábado 12 de octubre, se estará oficiando una misa de acción de gracias por la labor desarrollada por escuela y radio fe y alegría en la Guajira a lo largo de 30 años, en la iglesia “San José de Paraguaipoa”, a partir de las 9 de la mañana, y luego, a las 10 y 30 am, se realizará un acto protocolar con toque de kasha (tambor wayuu) e intercambio de reconocimientos, actividad en la que está pautada la presencia del gobernador del estado Zulia, Arias Cárdenas, quien hizo realidad la salida al aire de “Radio Fe y Alegría Guajira 100.1 FM”, como se llamó entonces al escucharse en los radiosreceptores, el 12 de octubre de 1998.

jueves, 3 de octubre de 2013





El matrimonio wayuu no es una venta
Los medios de comunicación han registrado la detención en calidad de indiciado de un motociclista de Santa Marta que hacia vida marital con una menor wayuu de quince años de edad. El detenido alegó haber contado con el consentimiento de los padres de la joven indígena para contraer matrimonio a la usanza tradicional y declaró haber entregado una suma de dinero en efectivo como parte de los elementos materiales usualmente aportados en el matrimonio wayuu. La entrega de la joven a este desconocido al parecer se acordó en setenta y dos horas. Una fiscal le puso posteriormente en libertad al no encontrar méritos para mantenerlo detenido dado que los padres de la joven indígena corroboraron la versión del indiciado. Este hecho lleno de vacíos, de informaciones contradictorias e indicios inquietantes ha llevado a funcionarios, periodistas y ciudadanos a preguntar ¿qué es en realidad el matrimonio wayuu?
En las sociedades no industriales, en donde no prevalece la idea del amor romántico, el matrimonio es un asunto del grupo más que de los individuos. Una de las funciones claves del matrimonio es unir a diferentes familias y grupos de parentesco. Estas agrupaciones humanas se proponen evitar el incesto y regular diferentes asuntos: como el acceso sexual entre hombres y mujeres, la división del trabajo entre ambos, satisfacer necesidades de afecto y compañía y asignar responsabilidades en el cuidado de los niños. En algunas sociedades hay matrimonios por servicios. El hombre debe quedarse a vivir en el asentamiento de su suegro por un tiempo variable. Esto es frecuente entre grupos amazónicos pero ha existido en otros lugares. La Biblia nos proporciona casos ilustrativos como el matrimonio de Jacob con su prima Raquel, hija menor de Labán por la que debe trabajar siete años. Ello se conoce en el lenguaje antropológico como brideservice.
Otro tipo de matrimonio está asociado a la entrega de diversos elementos materiales para acceder a la novia. En este caso se trata de compensar al grupo de parientes de la novia por la pérdida de su compañía y su trabajo y de reconocer la posición social del grupo de parentesco de la novia. Esto puede conocerse en términos etnográficos como bridewealth. En ningún caso se trata de una venta o de la trata de seres humanos. Entre los wayuu se entregan elementos como ganado y collares que no solo tienen un valor material sino que gozan de una valoración estética y simbólica. La compensación entregada por el novio le da también en su futura condición de padre una relativa autoridad sobre la vida de sus hijos. El novio es visto como una persona inmersa en un grupo de parientes social y jurídicamente equivalentes y no como un individuo aislado. Las mujeres son consideradas personas dotadas de capacidad de agencia que gozan de una importancia social similar a la de sus parientes uterinos y tienen autonomía en el manejo de sus bienes materiales. Siglos antes de que existiese el divorcio en lo que hoy llamamos Colombia la mujer wayuu podía por derecho poner fin a la unión matrimonial cuando existía maltrato por parte de su marido.
Preocupa el que personas no indígenas estén buscando menores wayuu con propósitos impensables y accedan a ellas como quien adquiere objetos en un supermercado. Preocuparía aún más el que unas pocas familias wayuu, llevadas por la ambición o la necesidad material, accedan a la entrega de sus hijas desvirtuando una institución milenaria que ha sido un pilar de su organización social y de su permanencia en el universo como grupo humano hasta hoy.
Por Weildler Guerra
wilderguerra©gmail.com
Publicado por EL HERALDO

Poco ha cambiado la historia del pueblo wayuu desde que empezó el proyecto colonizador Cada 9 de agosto y desde 1994 se celebra el día i...